Así
Hasta parar de pensar. Se avecinan los condómines buscando una explicación, una decisión que duerma sus pensamientos y que los calle para no escucharlos más. Llevamos más de una hora sentados, hablando y discutiendo. Se nos olvidaron los modales. Tal vez parezca inhumano atentar en contra de la opinión de otra persona. Pero a menudo me desayuno sus hipocresías que son más que suficientes para poder simpatizar con sus ideas de mejoramiento para la vecindad. Si te sientes así, ¿por qué continúas luchando por los demás? Porqué mas nadie se irá a confundir con nuestros rostros (que son una belleza). Porque somos estatuas bajo adornos de día, y de noche nada más que carne recostada en una cama, los que podemos decir con seguridad que tenemos un techo que nos cobija. Existen otros, desprestigiados, que no se quejan porque ya nos cansamos de escucharlos. Porque las pancartas publicitarias captan nuestra atención mientras que sus vidas se agrietan en varias bolsas de basura. Esto...