Santurce y sus Historias
Fuente de la Foto: (CPI) Santurce y sus Historias Yo no escribo de Santurce porque le caí aquí hace pal de años con el bum hipstero que hoy lo plaga. No llegué con los barbudos de tight jeans y tats, sí, porque ahora cualquier pendejo sin personalidad se deja la barba y por arte de magia se hace interesante. No llegué en patineta, en fixie, o por casualidad del destino. Siempre he estado aquí, llegaba en pasaje, en lancha, haciéndome en las aceras como se hace la gente de Santurce. No escribo de Santurce porque ahora me tripea la Loiza, la nueva frontera del empresarismo boricua en la cual la mayoría de los negocios parecen ser más para ricos que para la gente de Santurce, acentuando la brecha de la pobreza. Yo me vacilaba Santurce antes del Street art bienal, antes de los coffee shops/barra/ librerías, en los cuales se reúnen los who’s who de la literatura a beber café y cervezas over priced, mientras se sienten cool mirando hacia Cuidadela. Sí, cuando apestaba de mira