Sr. Pesimista
“Yo siempre quiero más y más y más. Pero tú no me dejas. No te exhibes, no tomas iniciativas, no te representas ni a ti misma, ni en tus oscuros deseos ni en tu cortesía habitual. Eres culpable y lo sabes. No soy yo. Mi imaginación creativa se adentra en mundos de posibilidades entre tú y yo. Aunque realmente no existen, al menos que aterrice desde el mundo de las ideas.” “Qué bárbaro suenas chico. No aparentas ser humano ni comprensivo. ¿Por qué no le preguntas a ella su razón de establecer una relación contigo? Sí, porque todos nos relacionamos – como compañeros y amigos, como familiares o ciudadanos, ya seamos existentes o fallecidos, olvidados o tatuados, entre extraños como piezas de un juego, en sus hogares esperando una oportunidad…” “¿Qué te cuesta una pregunta? ¿Cuánto comprometes con algunas palabras? Si el riesgo no existiera no valiera la pena enfrentar la duda ni el temor.” “¡Ohhh…, pero cuánto te equivocas! Si de las preguntas surgieran nu