Sr. Pesimista
“Yo siempre quiero más
y más y más. Pero tú no me dejas. No te exhibes, no tomas iniciativas, no te
representas ni a ti misma, ni en tus oscuros deseos ni en tu cortesía habitual.
Eres culpable y lo sabes. No soy yo. Mi imaginación creativa se adentra en
mundos de posibilidades entre tú y yo. Aunque realmente no existen, al menos
que aterrice desde el mundo de las ideas.”
“Qué bárbaro suenas chico. No aparentas ser humano ni
comprensivo. ¿Por qué no le preguntas a ella su razón de establecer una relación
contigo? Sí, porque todos nos relacionamos – como compañeros y amigos, como
familiares o ciudadanos, ya seamos existentes o fallecidos, olvidados o
tatuados, entre extraños como piezas de un juego, en sus hogares esperando una
oportunidad…”
“¿Qué
te cuesta una pregunta? ¿Cuánto comprometes con algunas palabras? Si el riesgo
no existiera no valiera la pena enfrentar la duda ni el temor.”
“¡Ohhh…, pero cuánto te
equivocas! Si de las preguntas surgieran nuevas oportunidades todos estuviéramos
preguntando la hora. ¿A que no te enteras de la relación entre la hora y una conversación?
El tiempo. Perdido y desperdiciado, cuando pudiste haberlo invertido en
personas responsables, que corresponden estos sentimientos, que se atrevan a
devolver una sonrisa o a ofrecerte un abrazo.”
“Volvemos, señor pesimista, a pronunciar palabras con
compromisos en dirección hacia la perdición y a la falta de sensibilidad. Que tendría
que suceder para olvidar todos estos acontecimientos y regresar al presente
positivo, enfocado, progresivo, retante y atrevido. De la juventud solo
aprendemos de su ignorancia y de sus ganas de vivir. Quizás los años te están afectando.
¿O es que el alma no envejece y has decidido elegir tu propio camino – futuro pesimista?
“El camino me eligió a mí.
Yo decidí trazar el mío por otra ruta, de esas que contienen piedras y espigas
y posibles acantilados con miles de montañas por escalar. Si recobro las
fuerzas no es porque exista un dios que crea en mi capacidad, ni porque yo confíe
mi destino en las manos de un ser de grandeza. No. Yo lucho igual que todos, lo
único que dedico unas horas extra a la contribución de mis inquietudes.
Aquellas que tienen respuesta y a las otras que esperan ser exploradas una vez
tenga la valentía de perseguirlas.”
“Aparentas estar más calmado. ¿Te ayudó nuestra conversación?
Entiendo que algo habrá pasado entre usted y aquella persona que no le correspondía.”
“Siguen apareciendo los
mensajes ocultos que reflejan intereses ajenos a la realidad. Deberíamos
cantarnos en los amaneceres y mirarnos en el atardecer sin hablar, para dormir
sin preocupaciones y despertar con muchas ilusiones. En la vida no podemos
pensar que lo más importante es enamorarse de una persona para estar feliz.
Pues aprendemos con la experiencia que el verdadero amor es el que comienza
hacia nosotros mismos, el que crece hacia los demás y termina por mirar con amor
a toda persona por igual.”
“Entonces, ¿Vuelves a presente positivo?”
“No. Sigo siendo un
pesimista. Siempre pienso que las cosas no van a mejorar. Pero las esperanzas
de que la vida pueda mostrarme lo contrario permanecen. Entonces, cuando me
sorprende, vuelvo a comenzar.”
Imagen: Architect’s Brother de Robert & Shana Parke Harrison
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