Pecamos por Leticia [cuento corto]
Francesca y Paolo de Gustave Doré Un cielo rojizo brillaba en el cuerpo desnudo de Leticia. Ella yacía recostada en una cama de arena moldeada por su cuerpo en la orilla del mar. Las olas se entretenían acurrucando sus partes y bañando sus poros. Sus íntimos deseos se alimentaban a baja temperatura, como las flores bajo los ciclos lunares. Todo era exquisito para ella y sus observadores. Su sexo, tibio y arenoso, se arrugaba frente al hermoso atardecer. Cada parte sensible de su cuerpo armonizaba con la colorida espuma blanca. Atrevido y deshonesto, el mar recorría algunos de los recovecos de su piel humectada. Leticia lucía tan joven como la creación divina de un ser espiritual. Cada bienvenida se convertía en una visita, especialmente para las criaturas pasajeras y desconocidas. Sus visitas consistían de seres que habían sido flagelados por su látigo espinoso. Este cargaba con la venganza y el rencor de una mujer maltratada. Con cada azote desgarraba troz...