La ternura del estudiante graduado
Es
tierno, en ocasiones, como cuando se nos olvida nuestro derecho a la vida,
Pero
muy violento, cuando recordamos que lo tenemos.
Lo
llevamos en el vientre, así como el estómago cuando se nos revuelca con las
injusticias
Diarias:
En
la escuela, o en el hogar, en el gobierno, y en el entorno laboral,
En
la lucha ideológica y en la guerrilla pragmática.
Se bañan
barbas blancas vestidas de santos, conmemorando su Doctor honoris causa.
Y se
limpian con tu ignorancia, y con la mía, porque la sigo teniendo.
Aunque
en ocasiones, utilizo mi puñal, la cuestiono y le dejo saber quién manda.
Que
nada bueno trae, pues nadie piensa que anda. Pero el andar depende del
pensamiento;
Hasta
que amaneces sesgado en el legado de tu apellido paterno.
Vacío,
solemnemente bautizado por la gloria académica Universitaria,
Pero
descalzo a la vez, con rocas en los bolsillos y persecuciones por sus deudas.
Vive
de la lectura y escribe sin sentido, pero en puro raciocinio.
Y
bailar entre los cursos.
¡Y como
baila el vals cada vez que se refleja una “A” en su papiro!
Sin tiempo
para rencores, penas ni luchas,…injusticias académicas constantes.
Hasta
que se percata de que la docencia, inmediata en su contextualización auto-creada,
Contiene
el mismo horror que la educación acelerada…obra crasa del capitalismo
Educativo.
Pero
recreada a la perfección cuasi-sapiente del Dr.
Filosophy Barbarus o la Dra.
Mandamus Infinitum.
Las
yagas en las ojeras, el estrés reflejado en las huellas que deja en los
pasillos de su institución educativa,
La ansiedad
de desayuno y de merienda, y en la cena un buen desahogo de cafeína inyectado
en las venas.
¡Que
siga la marcha, que mueran las penas!
Porque
en su hogar nadie, comprende el sacrificio de su condena.
Que trágico
el rey, envidiado por la envergadura de recrear su conciencia en otro ser.
Que voluptuosa
majestad, aquella que investiga el tema del año, el pop research en su Journal of
Perfect Science & Life.
Y el
conocedor, que se lo edita, que se goza su apellido en el front page,
Aunque
sea por supervisar al sangriento menjunje de estudiantes que dejaron su
evidencia en segundo lugar.
Y,
continuará, en un eterno vaivén, sin saber que se harán sin ella,
La gloriosa
Universidad, creadora del conocimiento para la sociedad,
Vendedora
de sueños, ilusoria por renombre y por sus años de servicio,
¡Que
viva su majestad!
Y que
continúen los vasallos, estudiantes graduados, viviendo en precariedad.
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