En la lejanía
"Victory, A Knight Being Crowned With A Laurel Wreath" por Frank Dicksee
En la lejanía lo puedo ver…el laurel de la
victoria,
tendido ante la sombra de la incierta
supervivencia.
Se aleja con la reminiscencia,
de mis tres décadas de edad.
Como si un tercio de mi vida se arrimara a
un desenlace.
Son momentos cruciales.
Para los que vivimos,
clímax de nuestras vidas.
Para los que se lucran,
hipérboles de una nación.
No comprendo el positivismo en tiempos de
crisis.
Combatir conlleva sacrificios, sufrimientos,
…aceptación.
Más se inhibe el pesimismo de forma
certera,
sin realismo que impere en el pragmatismo
humanista;
nihilista es el camino, de la pura
conciencia.
A los jóvenes nos apuntan con fusiles de
endorfinas,
cargados con las balas de codicia y
avaricia.
Muchos se desvelan,
turbados por las noticias;
viviendo del drenaje,
de la mentira ociosa.
Torpe es el bufón que se ríe de su
historia,
sin contar con el compás que le guíe en su conquista.
Yo creo en el capitalismo,
controlado y nacionalista.
Me revuelcan los socialistas,
de ideologías imprácticas,
de verdades parciales,
e ideales retrogradas.
Extremistas burócratas,
congelan la nación,
sirviendo al diapasón de bonistas que
cantan:
“liberen los mercados, que existe la
demanda…de vidas controladas,
por nosotros los que mandan”.
¡Muerte al canalla, y al sirviente que, con
ansias,
espera la llamada de un futuro irreal!
Ese abuso constante
tendrá que culminar;
el abuso al trabajador,
al maestro, al estudiante,
al padre y a la madre,
al abuelo, al animal.
Tanto hiperpoder nos dejará sin caminar,
tiesos,
con miedos certeros,
sin fuerzas para luchar.
El abuso es impráctico,
sumamente disonante;
violenta al pasante
en su diario caminar.
Ese neoliberalismo,
pintado de capitalismo,
morirá en nuestra orilla,
donde rompe el oleaje,
mutilando a un paisaje,
caribeño y natal.
En la lejanía lo puedo ver:
el burro sonriente,
el águila oscilante
ante el oso dominante,
la diatriba de
colores que arropará nuestra bandera,
los pactos
caribeños quebrantando el coloniaje.
En el balance somos iguales.
La justicia llega,
de manera inesperada,
aunque tarde unos años,
colocando trabas en los repertorios villanos.
Se pintan sus rastros, se alejan figuras,
se encuentran los dilemas;
todo se figura como un rompecabezas.
Nos aliamos en lo ingenuo:
compartiendo cenas, o bebiendo unas
cervezas.
Pero todo sin prisa, [esa prisa temporera
que se roba el tiempo]
Al igual que en los momentos cruciales,
nos tornamos pomarrosas,
en debuts de festivales;
nos quedamos
tiesos en altamar.
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