Confesiones
Un
suspiro errático.
“Maldito tiempo,
despiadado, desagradecido. ¡Yo existo! Yo soy y tú medias. No eres. ¡Quítate, destrúyete,
envuélvete en otro/a! Yo no tengo paciencia para recibir este tratamiento.”
De
lo indeseable a lo infernal.
“Llamaré a mil
demonios para que bailen desnudos en mi carcasa corporal. Espinas sangrientas
en tu boca. Bésame el cuerpo, crucifícame los bellos que adornan mis partes.
Entra en el refugio de mi espasmo paulatinamente. ¡Que no pasarás, que no eres
y jamás serás!”
Muerte
en las ganas. Vida para nada. Desgracia marcada por una intención macabra
condenada a envenenar.
“¡Que te muevas
que no te quiero oler! No te miro, no te escucho, no te siento, no te quiero. ¡Aléjate!
Eres flor diabólica. Eres semilla de mi saliva. Serás criatura de mi herida.”
“Nos persigues
en la hoguera, como si nos fueras a quemar. Yo soy ceniza. ¡Tú! no revientes
que yo te hago explotar. ¡Vuela en cantos demonio! Negro es el blanco de mi corazón.
Amarillento y espeso. Azul infierno y rojo cielo. Reviertes y vuelves y creas y
espantas y vuelas.
Cada
intención destruida.
“¿Celos de qué? ¡De
no poder arrancarte! Ni con cuchillos, ni pistolas, ni con diamantes. No te
destetas. Te enredas y te insertas. Me endiablas también. Crecen cuernos en mi
frente, arrugas en mi garganta, pezuñas en mis dientes, colmillos en mis ojos. ¡Llegó
mi hora!”
“No te despidas
de mí. No te quiero agradecer. No me toques. No dejes de aparecer.”
“Quiérete. Embellécete.
Hidrátate. Aliméntate. Edúcate. Báñate. Ejercítate.”
“Hazlo por mí y
por mi amiga. Que esta jeringuilla no cuelgue en vano de mi brazo. Que seas tú
mi salida a un nuevo plano.”
“¡No te toca
hablar todavía!”
Encuéntrame
otra vez. De otra forma, en otro cuerpo y en algún universo cercano.
“Cuando yo vuelva
a nacer no volveré a tocarme así. Seré más gentil con mi piel. Me peinaré y me perfumaré.
Le echaré agua a las flores para que el sol las bañe de esperanza. Realizaré
promesas que pueda cumplir y cumplidos que puedas vivir junto a mí.”
“Podremos
discutir y no levantaré mi mano. Te abrazare y te diré lo mucho que te quiero
todos los días. Porqué me importas. Porque siempre has sido parte de mí. Porque
me muero y nunca te viví.”
“Ahora, llévame a
tu bodega demonio que mi discurso ha culminado.”
Comentarios
Publicar un comentario