Las Aceras de Santurce
Las aceras de
Santurce
son una solemne
procesión de venas colapsadas
que atan espacios
abandonados
náufragos en cemento
liquido
en ese fluir de
cuerpos que se desconocen con frialdad.
No se puede ser un
extraño sin la condición de una despedida
no se puede,
tengo que
encontrarte
meciéndote en el
lugar de siempre
dentro de mi boca
dentro de mis
parpados a medio abrir
en esa mañana que
dura tan poco
la vida se
eclipsa intencionalmente, algo curioso,
deposito mis
pisadas junto a otras que pretenden llegar algún sitio
la marcha se hace
de intentos que endurecen con tiempo
nada queda
oculto, solo distante
tan próximo y
separado
dos galaxias que
se entienden por un agujero negro
ver tu imagen, un
luz que pulsa sin sonidos
tus puños de
azabache que me tiro al cuello
la yerba de
cemento que ha bordeado tus pestañas
te observo,
distante
pintada en la
pared
en un sillón de
hierro
y un vacío que
hiede a largas horas de observación prolongada
corneas que me
esperan y se marchan
mas nunca llego a
tiempo,
los esqueletos permanecen
quietos en la misma posición
dan a las
ventanas
he regresado, dónde
estas?
Hay un dinamismo
en el silencio
en esa forma
obscena de olvidarnos
otro modelo de
realizarnos
absurdos y
amantes
perseguidos por
sombras ciegas
olvidando la biografía
de los sentidos
esas pequeñeces cuando
me recuerdas
la censura del
deseo
la amnesia
deshacernos en sillones
petrificados
mientras nos
encontramos por el tacto
que no abandona
la memoria.
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