Colonialismo y desigualdad: el colonizado y la servidumbre al Estado (Parte II)
Por: Abram Fuentes Sumaza, M.A
Consultor Educativo y Organizacional
Profesor Universitario
“Un pueblo sin memoria
es un pueblo sin futuro.”
Esta frase se puede leer
hoy en día en el estadio Nacional de Chile[i]. A su vez, el estadio funge como
símbolo nacional por más de 99 años y viva representación de las ejecuciones
realizadas por Pinochet. Debe ser difícil olvidar que este estadio fue
utilizado como centro de tortura y detención durante la dictadura de Pinochet.
Olvidar implicaría no tener futuro. Y un pueblo sin futuro se convierte en un
pueblo sumiso, ignorante y dispuesto a la aceptación de cualquier mentira que
provenga de una figura de poder.
Carlos Webber
(reconocido periodista) nos cuenta en el documental Cuentas Pendientes [ii] como su experiencia en las torturas
físicas y psicológicas durante la era de Pinochet, han permeado en su memoria
como un silencio oculto a sus colegas de trabajo y familiares. Webber nos habla
sobre la búsqueda de la libertad a través del abandono de su propio país.
Carlos no logra poder identificarse con una nacionalidad específica debido a
las condiciones sociales bajo las cuales ha vivido. De igual forma, añade que,
a diferencia de Chile, Puerto Rico ha vivido grados similares de represión y
abuso por su estado colonial. Por lo tanto, le es imposible solicitar una
ciudadanía puertorriqueña ya que, el solicitarla implicaría recibir una
ciudadanía americana.
Aunque el caso de los
hermanos chilenos se diferencia bastante de los puertorriqueños por las
coyunturas históricas bajo las cuales ocurren los eventos, es importante
destacar que existen unas similitudes contundentes en cuestión de las
relaciones de poder que se han dado entre los ciudadanos y su gobierno. A
diferencia de los hermanos chilenos, los puertorriqueños hemos olvidado nuestro
pasado. Además, la historia de Puerto Rico apenas se enseña en las escuelas, y solo se cubre
en algunos cursos de Historia de Puerto Rico a nivel universitario. Vivimos
enajenados de las torturas y masacres realizadas en Puerto Rico, a mano de los
Estados Unidos[iii]:
- La Masacre de Rio Piedras el 24 de octubre de 1935
- La Masacre de Ponce el 21 de marzo de 1937
- Los Asesinatos del Cerro Maravilla el 25 de julio de 1978 (esta llevada a cabo por nuestros propios policías puertorriqueños)
- Todas las otras muertes de los puertorriqueños en guerras norteamericanas
- Segunda Guerra Mundial
- Guerra de Vietnam
- Guerra de Corea
- Entre muchas más ocurriendo actualmente y de las cuales no se habla
No solamente vivimos
bajo la ignorancia y la desigualdad de derechos que gozan nuestros vecinos en
los Estados Unidos, sino que también ahora somos públicamente humillados como
residentes de la colonia más vieja del mundo. La implementación de una Junta de
Control Fiscal ha sido la medida más insultante y deshumanizante que se le
podría adjudicar a una colonia. Esta Junta busca recaudar fondos para los
bonistas de empresas norteamericanas (y muy pocos locales). Pero no le interesa
trabajar para mejorar la economía de Puerto Rico. Más bien fungen como unos
agentes de cobro de las inversiones realizadas por varias organizaciones
multibillonarias, sufragadas por bancos y agencias financieras. Al final de sus
labores, la deuda será pagada por los ciudadanos que viven en condiciones de
pobreza y de alta desigualdad social.
Lo más triste del caso
es que muchos puertorriqueños no están conscientes de los daños económicos,
sociales, educativos y salubristas que implica tener una Junta de Control
Fiscal en Puerto Rico. Lo primero es que para poder cobrar es necesario generar
ingreso y/o cortar fondos para poder utilizar ese dinero para pagarle a los
bonistas. De esta forma, notaremos como el mismo gobierno electo por los
ciudadanos a comenzado a proponer varias leyes (Reforma Laboral, Empleador
Único, entre otras) que asumen medidas de austeridad en beneficio de las
grandes corporaciones que han asegurado que los gobernantes y senadores entren
en el poder por los próximos 4 años. Para empeorar la cosa, mientras unos pagamos
por los gastos excesivos realizados por las distintas administraciones
gubernamentales, varios políticos reciben miles de dólares en contratos en el
gobierno[iv].
Para añadirle leña al
fuego, todavía es el momento que no se ha auditado la deuda de los aproximados
$70 billones, por lo que resta cuestionar ¿Qué es lo que estamos pagando y
tenemos que pagar? ¿Quién cogió prestado por tantos años y para donde se fue
ese dinero? Como mencionaba el Profesor Víctor Meléndez en su escrito:
“es prácticamente
imposible afrontar el costo de vida en Puerto Rico…al añadirle un cobro de
impuestos que no se sabe en propiedad a donde va a parar”.
El Prof. Meléndez añade
que:
“…vivimos un pseudo-país que está a merced de los intereses de otros, que no se conoce a sí mismo, que no conoce su historia, que en contadas ocasiones se ha mirado al espejo pero rehúye la mirada para no enfrentarse a lo que no se quiere ver.”[v]
Por otro lado, existe la opción de la independencia la cual ha sido luchada desde comienzos del siglo XIX por el Dr. Ramón Emeterio Betances en contra de los colonizadores españoles, y en el siglo XX por el Dr. Pedro Albizu Campos en contra de la colonización estadounidense. Sin embargo, los colonizadores (tanto españoles como estadounidenses) han logrado mantener el estatus colonial en Puerto Rico. Para esto han utilizado su fuerza militar y varias estrategias de propaganda, incluyendo el uso de medios de comunicación a nivel masivo y la famosa tarjeta de la familia. Aun así, existen seres en Puerto Rico que luchan por la independencia de su país.
Para cualquier ser pensante, las preguntas deberían ser las siguientes: ¿Cómo
es posible que continuemos viviendo bajo un régimen imperialista que posterga
nuestra situación colonial? ¿Por qué la mayoría del pueblo puertorriqueño
continúa votando por los mismos dos partidos que han sido responsables por la
deuda y continúan agrandándola diariamente? Aunque este asunto suele
ser mucho más complejo de lo que aparenta ser, entiendo que existe un posible
espacio para comenzar un análisis que permita la comprensión de nuestra
inacción como sociedad.
Primero, hay que
comenzar por definir lo que podríamos entender por colonialismo.
Julian Go, según citado
en Gamaliel Ramos (2016)[vi],
define el colonialismo como:
La administración de
territorios y de sus gentes por imperios en pugna por ampliar su soberanía
sobre un mayor número de lugares alrededor del mundo.
De la misma forma,
Gamaliel Ramos (2016) expande su análisis acerca del colonialismo, mediante un
acercamiento socio-político sobre las nuevas formas de colonialismo en el
Caribe y el rol de la Metrópoli:
Las Metrópolis se vieron precisadas
a ceder espacios de autoridad a elementos extraídos de la sociedad local como
modo de reducir las tensiones que derivaban de colocar extranjeros en la
administración de las colonias. Como resultado de esta política, la práctica de
trasladar agentes del servicio público de las capitales metropolitanas para
rendir servicio en los gobiernos de ultramar se sustituyó por la creación de un
cuerpo de funcionarios autóctonos al servicio de los intereses de la metrópolis.
En otras palabras, y utilizando el análisis integrativo del señor Gamaliel
Ramos, podríamos deducir que las votaciones a través de las cuales se eligen
los gobernantes y cuerpos senatoriales y de la cámara, tienen (hasta cierto
punto) la responsabilidad de no solo atender a las necesidades del pueblo, sino
que también deben perpetuar los intereses de la metrópolis (en nuestro caso,
los intereses de los Estados Unidos). Es por esto que, hasta que no seamos
descolonizados, no tendremos el derecho de actuar de forma autónoma ni soberana.
Bajo este planteamiento y considerando la definición antes presentada sobre el
colonialismo, solo existen dos posibles opciones para Puerto Rico: la estadidad
o la independencia. Por un lado, el planteamiento de la estadidad aparece como
una fórmula ideológica respaldada por el Partido Nuevo Progresista (PNP) y que
lleva sobre la mesa por más de 50 años. Pero, todavía es el momento que en el
congreso de los Estados Unidos no se discute seriamente esta posibilidad. Aún
persiste el pensamiento del colonizador sobre un puertorriqueño en taparrabos,
que recibe ayuda de los Estados Unidos y que no aporta en lo absoluto al
desarrollo económico de esta nación norteamericana. De la misma forma, se ha
notado un conflicto en relación al estatus de Puerto Rico, desde una
perspectiva estadounidense. De acuerdo a una encuesta realizada por yougov.com,
un 25% de los estadounidenses encuestados mencionó que Puerto Rico debe
mantener su estatus actual (Estado Libre Asociado o colonia), mientras que un
29% entiende que deberíamos convertirnos en el Estado número 51 de la
nación norteamericana. Solamente un 20% dijo que debemos ser una nación
independiente.[vii]
También, se identificó
en el estudio que un 52% de estadounidenses demócratas encuestados mencionaron
que el gobierno federal debería proveer asistencia financiera a Puerto Rico.
Por el contrario, un 55% de estadounidenses republicanos mencionaron que el
gobierno federal no debería proveer asistencia financiera a Puerto Rico.
Por último, de los 1,993 estadounidenses encuestados, un 41% piensa que
los puertorriqueños tienen una ciudadanía nacional puertorriqueña. Aunque los
datos demuestran la falta de interés y conocimiento que tienen los
estadounidenses sobre la ciudadanía y la crisis de Puerto Rico, todavía existen
puertorriqueños que piensan que mágicamente nos van a nombrar a ser el estado
número 51 de los Estados Unidos. Pero estos se tienen que cuestionar los
motivos y beneficios de la nación norteamericana al hacer esto. Después de
todo, “para el colonizador, la colonia es el lugar donde se gana mucho y se
invierte poco” (Vázquez Quintana, 2016).[viii]
Ante el contexto actual,
hay quienes piensan que es saludable postergar un “Estado Libre Asociado” como un
posible estatus aceptable y razonable en el siglo XXI. Esto, no solamente habla
de la basta ignorancia sobre las palabras que argumentan los estadolibristas,
sino que también, se presta para pensar que estas personas viven en una utopía
errada. Más aun cuando el Tribunal Supremo de los Estados Unidos ha decretado
que la relación entre Puerto Rico y Estados Unidos ha tenido y tiene un
carácter claramente colonial[ix].
Empero, continúan los rojos y los azules apoderándose del discurso político y
del control del país, a medida que embrutecen a los ciudadanos mediante
promesas vacías que postergan el estatus quo de Puerto Rico.
Muchos de los planteamientos
presentados previamente han sido analizados constantemente por los medios de
comunicación de Puerto Rico (radio, prensa, televisión, Internet) y varios
profesionales de distintas disciplinas. Sin embargo, me parece curioso que no
muchas personas ni profesionales se han dado la tarea de intentar comprender
como funciona la mente del colonizado. Esto
lo menciono sabiendo que existen lecturas como las obras literarias de Frantz
Fannon (Black skin, white masks, 1952; A dying colonialism, 1959; The
Wretched of the Earth, 1961; entre otras) y de Albert Memmi (The Colonizer
and the Colonized, 1957; Retrato del Colonizado, 1969; Decolonization
and the Decolonized, 2006; entre
otros) que hablan
sobre la mente del colonizado y las acciones de los colonizadores. Debo
destacar de la misma forma el trabajo realizado por la Dra. Angie Vazquez,
psicóloga social-comunitaria y clínica que ha escrito sobre la psique del
colonizado en Puerto Rico y en la diáspora. Este trabajo es citado a
continuación.
La Dra. Angie Vazquez
(2016)[x] nos habla sobre la relación entre el
colonizador (en nuestro caso, los Estados Unidos) y el colonizado (los
puertorriqueños):
El colonizador logra que el
colonizado inhiba lo que sería normal entre los soberanos: temer a la protesta
y a la lucha organizada por su libertad. No está demás aclarar que siempre han
existido honorables y valientes excepciones que han hecho historia en la
construcción de la defensa de la soberanía boricua…El colonizado es un ser
dominado por miedos, reales y simbólicos. Trata de apaciguarse cuanto puede,
aunque de vez en cuando, siendo imposible la eterna calma por cuanto vive una
gran disonancia cognitiva, no puede sino terminar balanceándose, reactivamente,
entre dos extremos anímicos de la polaridad amor-odio con su colonizador.
De esta manera, podemos comenzar a definir una mentalidad del colonizado y como
su relación con el colonizador se posterga continuamente por el miedo a
revelarse o a protestar. Existe dentro de nuestra mentalidad colonizada un
mecanismo interno de control psíquico que nos impide comprender nuestra
realidad. Y aunque logremos comprenderla, ese mecanismo interno de control nos
impide actuar sobre ella, inclusive cuando las acciones sean por la defensa de
los derechos humanos que bien nos pertenecen a todos como ciudadanos del mundo.
Como si fuera poco, hay quienes viven bajo una mentalidad de adoración al
colonizador, ya sea por ignorancia o fanatismo instalado.
Enrique Vázquez Quintana (2016) abunda sobre los comportamientos de los
colonizados, basándose en El
retrato del colonizado de
Albert Memmi:
Algunos colonizados
rechazan su propia cultura a favor de la del colonizador. El colonizador está
dispuesto a reescribir la historia y extinguir las memorias del colonizado,
todo para legitimar su usurpación. El colonizado es removido de la historia; a
los hijos del colonizado no se les enseña su propia historia, sino la del colonizador.
Se crea un vacío en el sistema educativo del colonizado. El colonizado está confundido y divorciado de la realidad.
Es entonces, el
colonizado, un esclavo del pensamiento norteamericano y un fiel seguidor de la
historia de este. De esta forma, los colonizados no padecemos solamente de una
falta de memoria a largo plazo, sino que también somos cómplices de las
memorias instaladas por los Estados Unidos en nuestras consciencias colectivas.
A medida que pasan los años recordamos menos la historia de Puerto Rico, y más
la historia de los Estados Unidos. Las noticias continúan facilitando la
comercialización de la información que les conviene a ellos divulgar, y no lo
que nos conviene escuchar a los ciudadanos. Parecería ser que el colonizado más
que un ser sometido a los poderes de una nación americana, es un ser extraño
casi ficticio que solo habita en los escritos de algunos profesionales
responsables. Para todos los fines, el colonizado es un sirviente del Estado
(ni libre, ni asociado), un fiel creyente de su libertad de expresión y del
pensamiento y un constante esclavo de su ignorancia e inacción.
Para ver la primera parte de
Colonialismo y desigualdad, puede acceder Aqui.
[i]Sdpnoticias. (15 de junio de 2015). "Un pueblo sin memoria es
un pueblo sin futuro": Lema que se ve en el estadio del Chile vs México. SDPnoticias.com. Buscado de http://www.sdpnoticias.com/deportes/2015/06/15/un-pueblo-sin-memoria-es-un-pueblo-sin-futuro-lema-que-se-ve-en-el-estadio-del-chile-vs-mexico
[ii] Trailer de Cuentas
Pendientes: https://vimeo.com/121377916
[iii] Torres Rivera, A. (2016). Lucha obrera y represión política: el
Partido Nacionalista de Puerto Rico en la década de 1930. Buscado de http://blancoynegro.minhpuertorico.org/2016/07/01/lucha-obrera-y-represion-politica-el-partido-nacionalista-de-puerto-rico-en-la-decada-de-1930/
[iv] Rivera Vargas, D. (1 de febrero de 2017). Políticos derrotados
guisan con jugosos contratos en la Legislatura. Primera Hora. Buscado de http://www.primerahora.com/noticias/gobierno-politica/nota/politicosderrotadosguisanconjugososcontratosenlalegislatura-1203582/
[v] Meléndez García, V. (2016). Colonialismo y desigualdad: de la ignorancia y defensa
de la misma (primera parte). La Muerte
del Búho. Buscado de http://lamuertedelbuho.blogspot.com/2016/05/colonialismo-y-desigualdad-de-la.html)
[vi] Gamaliel Ramos, A. (2016). Islas
Migajas: Los países no independientes del Caribe contemporáneo. San Juan: Travesier y Leduc Editores
[vii] Frankovic, K. (2016). Americans' limited
awareness of Puerto Rico or its crisis. Buscado
de https://today.yougov.com/news/2016/05/17/americans-limited-awareness-puerto-rico-or-its-cri/
[viii] Vázquez Quintana, E. (26 de abril de 2016). El Retrato del Colonizado de Albert Memmi. Buscado de https://abeyno.wordpress.com/2012/04/26/el-retrato-del-colonizado-de-albert-memmi/
[ix] Baerga, V. (10 de septiembre de 2016) 'El Estado Libre Asociado [de
Puerto Rico] es una ficción'. Otra
América. Buscado de http://otramerica.com/temas/el-estado-libre-asociado-de-puerto-rico-es-una-ficcion/3462
[x] Vázquez, A. (2016). La psique
de la diasporita Boricua. Manuscrito no publicado.
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