Karma




Ese disturbio nocturno exagerado por la música y la bebida se ha convertido en un hábito insaciable y repetitivo. Las familias celebraban la llegada de J.C. en sus hogares, pero temían lo que se aproximaba.

“Se acerca la noche de Karma, y nuestra creencia muere a medida que se celebra su Feria anual”, comentaba el Padre de Familia acompañado por su Esposa, la cual se dedicaba a rezar y a acostar a su hijo en la cama ubicada bajo el crucifijo.


“Te creías que iba a suavizar el mensaje. Pero siempre estuviste equivocado(a); los pétalos nacieron para marchitarse y solo brillan cuando el sol retumba en sus venas clorofílicas. Y aclaro que no hablo de tu SOL. Hablo del sol que nos ilumina a todos(as) sin cuestionar los colores de nuestra fertilidad.”  


            Estas palabras resonaban en los oídos de los vecinos de Karma. Temerosos de ser encontrados por las camionetas, los vecinos de Karma corrían a sus hogares. Los alto-parlantes ubicados en las camionetas no paraban de gritar:


“Pensarías que una bienvenida brindaría una sonrisa. Pero una puerta siempre trae consigo una espiga, astillada en la madera con la que fue construida, o rediseñada para ser reconstruida. La iluminación en mi humanidad y el reflejo de la tuya en la mía te hace cuestionarte nuevamente: ¿Por qué ocurrió de esta manera?
¿Por qué no te haces la misma pregunta? 

¿Por qué besas con un “NO” a la diversidad?” 




Las madres vecinas de Karma ignoraban los mensajes de las camionetas que pasaban destruyendo la paz. Se enfocaban en complacer a su(s) familia(s) (padre, madre e hijo) y en salvar sus vidas luego de finalizar las que apenas vivían.      
       
“Si eres bueno, J.C. te tendrá en la Gloria del E.S.”, y me besaba en la cabeza mientras yo me cobijaba bajo mi almohada de sueños victoriosos.

“Karma se vengará. Es cuestión de tiempo. Me despertará por la mañana con sus colores de arcoíris y me robará la oportunidad de ser feliz una vez más.” No podía soportar el pensamiento de que el pueblo vecino se apoderara de mi libertad espiritual.

“Por eso me despido de Karma y de las oportunidades aisladas en la soledad, porque por más que me esconda Karma me va a encontrar.”, y comienzo a soñar con el pueblo de Karma y con la vida que me espera mucho más allá.

En ese preciso momento el sexo es igual que el cielo y la luna, y la tierra se traga la tradición junto con sus fobias y sus clasismos permeados en los hipocampos de todos(as) los(as) ciudadanos(as), y entonces, somos libres en el Paraíso que nos prometía el Libro.

Pero no seremos libres como el viento. Seremos libres como el agua que se deja influenciar por las corrientes de aire que acarician su oleaje para festejar su movimiento al “azar”.

Volveremos a prejuiciar, discriminar y odiar, nuevamente con razones utópicas y fundamentos tan verosímiles como Star Wars y Lord of the Rings. Porque siempre detrás de una buena historia se esconde la posibilidad de engañar.   


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