El valor emocional del estudiante



Lo reconozco, lo comprendo y lo he vivido. Desde que somos pequeños nuestros padres y nuestras madres nos enseñan que, para poder ser exitosos en nuestra vida, debemos elegir una Carrera. Pero antes de comenzar a trabajar, tenemos que tener en mente que es lo que queremos estudiar para alcanzar la carrera profesional ideal. Para esto, muchos/as padres y madres nos dicen que tenemos que estudiar para lograr hacer nuestros sueños realidad. Ahora, cuando nos detenemos un minuto para analizar lo que significa que tenemos que estudiar, ¿qué significa verdaderamente esto?

Al realizar una búsqueda rápida en Google identifico inmediatamente dos definiciones relacionadas a estudiar. La primera definición define el estudiar cómo "aplicar la inteligencia o ejercitar el entendimiento con esfuerzo para comprender o aprender algo". El segundo enlace me lleva a una presentación de slideshare.net que define el estudiar como "un esfuerzo mental que se aplica para conocer, memorizar o aprender alguna cosa". Ambas definiciones mencionan que el estudiar es un tipo de ejercicio mental o de comprensión para poder entender algo. La parte interesante de la definición acerca de estudiar es que no identifica cuál es la persona que tiene que realizar el esfuerzo y/o ejercicio mental para poder lograr una comprensión acerca de un tema específico. Esto me lleva a escribir sobre el estudiante.El estudiante, en un principio, no era concebido como aquella persona que estudia; sino que más bien significaba “dedicarse con atención (a algo)”, o “tener gran gusto (por algo)”; “realizar con afán” . Por otro lado, el alumno era concebido como aquel que no tiene luz (del latin alumnus, donde “a” es que carece de; y lumen “luz”). Por lo tanto, el que decide ser un estudiante tiene no solamente la oportunidad de destacarse por tener el gusto de realizar sus sueños, sino que también se distingue de aquel que carece de luz o, bajo mi interpretación, de conocimiento. Es una persona que busca mas allá de lo que le dicen y que cuestiona lo que esta establecido como lo "normal" o "aceptable". 

Ahora bien, volviendo al tema principal (y ya contando con las definiciones adecuadas) podemos continuar auscultando las razones por las cuáles nuestros padres y nuestras madres decidieron que estudiar era lo mejor que podía ocurrirnos para conseguir una mejor oferta de empleo. Entiendo que existe una diversidad de análisis basándome en el postulado anterior como la demanda que tenga el mercado para dicha profesión, el sueldo que reciba el profesional, las destrezas y habilidades con las que tiene que contar, la preparación académica que obtenga, la experiencia de trabajo, etc. Aun así, debo preguntarme por qué el estudiar se asocia con un buen trabajo, cuando realmente se debería asociar con una buena oportunidad para aprender algo e identificar tu vocación. 

Muchas personas ven el estudiar como un paso hacia la profesión. Yo veo el estudiar como una oportunidad  de creación, de desarrollo personal mediante análisis en espacios de discusión, y de aprendizaje constante ya que aprendemos todos los días algo nuevo (ya sea dentro o fuera del aula). Pero para poder estudiar efectivamente debe ocurrir un aprendizaje. Regresando a la definición anterior, en donde el estudiar se ve como un tipo de memorización, conocimiento y aprendizaje de algo, debo aclarar que la memorización no necesariamente lleva a un aprendizaje. Esto se debe a que para poder aprenderse tiene que comprenderse el material aprendido, y para poder comprender se tiene que poder transferir ese conocimiento a distintas situaciones. Entonces, si la memorización logra un aprendizaje temporero, mediante la repetición constante de términos que no logran que el estudiante comprenda su utilidad, ¿para qué enseñamos?


La enseñanza tiene que estar atada a un marco teórico y también (dependiendo del nivel del estudiante) tiene que identificarse las razones y la utilidad del material enseñado. Para esto se utilizan distintos estilos, estrategias y técnicas de enseñanza que al final son determinados por el/la maestro/a o profesor/a. De la misma forma, la secuencia curricular se supone que funcione como una guía temática por unidades en donde el/la maestro/a o profesor/a distribuye el material asignado por días. Sin embargo, me atrevo a cuestionar la utilidad y efectividad de las estrategias de enseñanza utilizadas por algunos/as profesores/as en Puerto Rico. Para que haya una transferencia del aprendizaje se tiene que garantizar que los conocimientos y las habilidades adquiridas durante una intervención sean aplicables a un escenario específico.  Habría que validar mediante un instrumento de medición cuantos profesores/as utilizan estrategias de enseñanza didácticas que ayude a la transferencia del aprendizaje en su salón de clases. Estoy seguro que muy pocos conocen acerca de la existente variedad de estrategias y mucho menos de su gran utilidad.


Para ofrecer opciones y no simplemente mantener en el ataque directo a los/as profesores/as que fueron otorgados la oportunidad de dar clases simplemente porque tienen experiencia laboral o conocimiento sobre su campo profesional, les mencionaré una pequeña lista a continuación de estrategias de enseñanza que podrían utilizar más allá del Power Point. Existen estrategias individuales, grupales, estrategias para indagar sobre conocimientos previos, estrategias que promueven la comprensión del material mediante la organización de la información, entre muchas otras.  Pueden revisar los siguientes enlaces para más información: 

Algunas de las estrategias de enseñanza son:

-          PNI: estrategia que permite plantear el mayor número posible de ideas sobre un evento, acontecimiento o algo que se observa. Se puede utilizar para evaluar fenómenos, desarrollar habilidades para contrastar información, organizar el pensamiento y tomar decisiones de manera argumentada.

o   Para realizarlo, se plantea una serie de ideas sobre un tema, considerando aspectos positivos (P), Negativos (N).
o   Luego se plantean las dudas, preguntas y aspectos curiosos y/o Interesantes (I).

-          QQQ: permite descubrir relaciones que existen entre las partes de un todo (entorno o tema) a partir de un razonamiento crítico, creativo e hipotético.

o   (Q): Que veo: o lo que se observa o reconoce del tema.
o   (Q): Que no veo: lo que no se comprende explícitamente en el tema, pero que puede estar en el contenido.
o   (Q): que infiero: lo que deduzco del tema.

-          Mesa redonda: son un espacio que permite la expresión de puntos de vista divergentes sobre un tema por parte de un equipo de expertos. Son dirigidas por un moderador, y su finalidad es obtener información especializada y actualizada sobre un tema. Para realizarlo se deben cumplir los siguientes pasos:

o   Primero se prepara un equipo de no más de siete integrantes y se selecciona un moderador. El resto del grupo funge como espectador. Se presenta una temática actual y se solicita a los equipos que realicen una investigación sobre el tema.
o   Luego se da la fase de interacción en donde el moderador presenta el tema y la importancia del mismo. Los expertos presentan sus puntos de vista organizados en rondas y al finalizar el moderador realiza una reseña de lo expuesto por los expertos.
o   Al final se realiza un ejercicio de valoración, en donde se auscultan los aprendizajes que se dieron durante la mesa redonda.

-          Foro: es una presentación breve de un asunto por un orador, seguido por preguntas, comentarios y recomendaciones. Para realizar un foro, se deben cumplir los siguientes pasos:

o   Se presenta y expone un tema de interés.
o   El estudiante seleccionado presenta el tema ante el grupo mediante preguntas abiertas u otras preguntas que realicen los alumnos; se puede dar un intercambio de ideas y/o pregunta entre los alumnos.
o   Luego se entra en una etapa de profundización y planteamiento de nuevas preguntas y al final se realizan conclusiones para cerrar el tema.

-          Simulación: es una estrategia que pretende representar situaciones de la vida real en la que participan los alumnos actuando los roles con la finalidad de dar una solución a un problema o experimentar una situación determinada. Para realizarla se debe cumplir con los siguientes pasos:

o   Primero se presenta la dinámica a los alumnos considerando las reglas sobre las cuales se realizara la simulación.
o   Luego se presenta el caso al estudiante.
o   Se propicia la interacción de los alumnos en una simulación dada; el ambiente debe ser relajado para que actúen con la mayor naturalidad posible y que fluya la creatividad.
o   Se pueden sustituir las actuaciones de los personajes por alumnos que aún no han participado.
o   Al final, se debe realizar una evaluación de la simulación para identificar actuaciones asertivas que ameriten una mejora.

Debo enfatizar en que es responsabilidad del profesor o de la profesora reconocer la utilidad, efectividad y aplicación de las distintas estrategias de enseñanza. Por lo tanto, se debe evaluar constantemente la significancia de las estrategias utilizadas ante los ojos de los/as estudiantes. De esta forma estamos siendo responsables con el aprendizaje de ellos/as. 

Por último, me gustaría resaltar el valor del estudiante dentro del salón de clases. Entiendo que el sistema educativo actual concibe al estudiante como un número dentro de una cantidad inmensa de personas. Sin embargo, dentro del salón de clases me parece pertinente reconocer que cada estudiante es diferente. Esto implica que se tienen que considerar sus aspiraciones, motivaciones, edades, experiencias, proceso cognitivos y emocionales, ambiente socio-cultural, capacidades económicas, entre muchísimos otros factores que enfrentan diariamente para poder estudiar. De esta forma, el estudiante tiene un valor emocional y sumamente importante para el desarrollo de una sociedad que contribuya al funcionamiento adecuado y “normal” dentro de los estándares de la cultura puertorriqueña. El valor emocional del estudiante no puede ser comparable en términos económicos y mucho menos en cuestiones relacionadas a la fiscalización de los procesos académico-educativos. Se tiene que concebir al estudiante como un ser humano en crecimiento y desarrollo, que aunque enfrenta momentos sumamente difíciles, siempre tiene la capacidad de mejorar y ser más de lo que es en ese momento. 

De manera que, para dar cierre a este largo escrito, me doy la tarea de citar a la Dra. Helvia Quintero (autora del libro “Hacia un plan educacional de PuertoRico: Retos y posibilidades”):  
Aunque Quintero cree que la enseñanza académica es sumamente importante para desarrollar al estudiante, también es necesario fomentar el desarrollo emocional. Esto, particularmente, beneficiaría a los desertores escolares.
“Son muchachos que vienen de situaciones bien difíciles, y en la escuela no dieron pies con bola porque había muchos problemas que les limitaba trabajar. En [el proyecto] Nuestra Escuela lo que hacen es un vivencial para que ellos breguen con sus emociones, para que ellos saquen todo ese coraje que tienen y sanen las heridas”, explicó Quintero, añadiendo que los maestros asisten a estas sesiones para conocer el problema del estudiante afectado.
Respecto a esto, Quintero contó una anécdota sobre un joven desertor escolar que supervisó en Nuestra Escuela, quien fue puesto a trabajar en un centro pre-escolar y adquirió un interés por asistir a los niños.
“Ese muchacho, a través del trabajo, descubrió un interés, porque ve que esto tiene sentido para lo que él quiere hacer”, expresó Quintero. 

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