Lengua Madre



Imagen recuperada de: writers-block

         Se puede visualizar un superfluo escenario para un comienzo 
adecuado dentro de su consciencia intranquila.

El idioma es perfecto para quienes lo utilizan de forma moderada, aplicando cada chispa en cada acento y marcando las mayúsculas con ganas.
Que cada coma te brinde un espacio entre las mejillas,
para sanar la fantasía de tener que adivinar constantemente, 
cual será la próxima poesía.

De abusar de esos puntos.
Que no hacen más que finalizar.
Y dar comienzo.
Y volver a desarrollar.

De los paréntesis,
que en muchas ocasiones (sin así quererlo) son maltratados
y en otras situaciones son olvidados.

Este español, con su devoción al alfabetismo,
con tanto analfabeta que lo maltrata, 
como si fuera un anglicismo.
No tienes derecho a ser salvaje con estas letras,
y muchos menos si has aprendido a utilizarlas adecuadamente.
Aprende, practica y coordina esas oraciones.
El sujeto y el predicado deben estar presentes, aunque no 
siempre.

Y continúan los enunciados y los reglamentos estandarizados,
sin ser escuchados por las nuevas generaciones
Hispanoparlantes.

------------------------------------------------------------------------

La propuesta es la siguiente:

Después de tanta regla cualquiera se envejece.
Si no haces sentido, te quieres.
Seamos flamboyanes en rascacielos; inexistentes.
Nada poéticos.
Solo cariñosos con las páginas, 
y bastante agresivos con el teclado.
Entre líneas, corduras deambulan tediosas, 
imposible comienzo para sentir empatía.
Porque se deforma,
se distrae,
se destruye
y se renace con la escritura, 
sin las reglas, 
sin la mesura.

Que orgullo poder reformarte y transformarte constantemente.
Lengua madre,
soy egoísta cuando te leo,
sincero cuando te obvio
y travieso cuando te escribo.
Para imaginar todas tus dinámicas tendría que recorrer            
Latinoamerica completa.
Reciclando letras,
aumentando mi vocablo,
intercambiando costumbres.

Sobras entre tantos labios y faltas en demasiadas lenguas.
No hay quien desmienta que aprenderte es indispensable.
Atiendo tus deseos.
Sales pacífica por las noches,
como un resfriado de verano: inesperado.

Por las mañanas te huyo por ser salvaje y macabra.
Negligencias matutinas:
te violan y te sacuden;
te venden, te escupen y te envuelven.
Se entretienen y te comentan.
Yo me niego a abusarte.
No eres dólar,
pero permites educarme.
No eres transporte,
pero me llevas a destinos inexplorados. 
Si no fueras utópica, serías libre.

--------------------------------------------------------------------------

La osadía de la juventud atrevida recorre entre las lenguas  
del Hispanoparlante:

Sea sabio usted. 
Tómese un café y adivine lo que piensa.
Nada de eso de filosofar,
escríbalo.
Que entre las bestias se comprende el lenguaje no verbal.

Ahora tómelo por el cuello y presione lentamente,
hasta exprimir pequeñas dosis de energía frenética.
Cada tecla, y cada espacio 
entre tus manos y el papel,
se desvisten lentamente ante su ropa.

Tecladista eres pasajero.
Brincas de escrito en escrito,
y en ocasiones, de escrito al dinero.
Nadie te culpa y pocos te escuchan.
Muchos no comprenden.
Aunque algunos te leerán,
la mayoría te olvidará.
Pero tú, tú que me lees,

tu sabes que esto de leer permea en las consciencias de los      
seres humanos. 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

La responsabilidad del estudiante de psicología

Entre la locura, la psicopatología y la cordura (o sensatez)

Definición poética: Empatía {Por: Alondra I. del Valle Lago}