La tranquilidad del tiempo

¡Mira las flores!
Bailan en el atardecer junto al viento.
Cada hoja se mueve,
lentamente,
en la quietud de la tarde.
Observamos el crecimiento,
levemente,
de los árboles y sus flores.
El sol,
testigo del ocaso,
puede dar fe del amor,
del que otorga la vida,
del abrazo que nos damos,
de lo que nos rodea a ambos.

En la tranquilidad del tiempo,
juntos disfrutamos,
los colores,
la frescura, 
el pasar de los carros.   
Vive en nosotros,
al final del día,
la idea de un nuevo comienzo.
Justo antes de la noche,
desaparecemos.

Ambos nos mecemos,
tú entre mis brazos,
yo clavado en tus ojos.
Ambos concentrados.
El ocaso en su tranquilidad,
todo nos enseña,
nada nos conforma.
Observamos:
el capullo entre las nubes,
la recalada luna llena,
el clamor de las estrellas,
la quietud,
de la noche bella,
en trance. 

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