Sin Respeto

"La confianza que te tenía…destruida. Las heces fecales que recorren por los acueductos de esta ciudad tienen más dignidad que tu abrazo. Prefiero desterrarme de esta nación antes de llamarte hermano. No conozco otra forma de expresar el odio que te tengo. Asume las consecuencias."



Primero una patada en la quijada. Luego dos puños, uno en la tráquea y otro en la nariz. Repartíamos el respeto que nos quedaba a través de nuestros puños sangrientos. Cada gota salada que caía de nuestros cuerpos limpiaba la carne viva que rodeaba nuestros nudillos. Soltábamos nuestros dolores precipitando nuestro temor a ser heridos emocionalmente. Nuestros huesos respondían con un "crack" destrozándose. Se podían escuchar las rupturas craneales siendo perforadas por nuestras armas blancas.

Nos quedaban dos minutos de energía. Decidimos dedicarlos a seguir destruyendo nuestros orgullos y no rendirnos hasta quedar inconscientes. El macho que habitaba en nuestros cuerpos se negaba a rendirse. Ya no hablábamos. Atacábamos automatizados.

"¡Por favor paren ya!", gritaba con un dolor profundo una mujer embarazada.
  
Ella sabía que todo se había acumulado. Que las traiciones duran hasta que el rencor se convierte en venganza. No duraban las simpatías ni el perdón. Perecían sin respeto. 

Diez años de amistad se convirtieron en cinco minutos de pura violencia. Nos habíamos mentido en múltiples ocasiones, pero nunca de esta forma. Crecimos y algo nos embruteció. El alcohol servía de conductor, pero no era la razón por la cual intentábamos matarnos.La confianza había fallecido por culpa de un error. Nuestros oídos no escuchaban y los cuatro sentidos restantes parecían haberse perdido entre varias dosis de adrenalina. Nuestros puños hablaban por todas las palabras que no habíamos reportado hace varias semanas.

"¡Se van a matar y esta criatura crecerá sin padre!", titubeaba la dama a través del llanto.


Ya no nos importaba quien iba a ser el padre. Solo pretendíamos dejarle saber que preferíamos ser el amor de su vida. Que la custodia no podía ser compartida y que alguien debía desaparecer. Cualquiera de los dos podía asumir una figura paternal, después de todo ambos habíamos sido criados por madres solteras. Pero si algo no íbamos a tolerar era que reinara el pensamiento en nuestras memorias.

 Mi mejor amigo tuvo relaciones sexuales con el amor de mi vida.


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